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Retrato de L.E.S., 1967-68

Papel, tela y acrílico sobre tela, 200 x 200 cm

Biografía:

Carlos Alonso
Premio Konex 2012: Artes Visuales / Mención Especial por Trayectoria
Premio Konex de Platino 1992: Dibujo
Premio Konex de Platino 1982: Dibujo
Premio Konex 2012: Dibujo

Nació el 04/02/1929. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes de Cuyo. Completó su formación con los maestros Lino Enea Spilimbergo, Pompeyo Audivert y Lazlo Salay. De larga trayectoria en el país y el extranjero, realizó más de 200 muestras individuales y colectivas. Alguna de sus últimas exposiciones son MonotemáticoarteBA 2005; Hay Que Comer, Instituto de Arte de Valencia 2005 y Museo Oscar Niemeyer, Brasil 2009; Inauguración, Salón de los Pasos Perdidos del Senado de la Provincia de Buenos Aires 2005; Carlos Alonso en el Infierno, Universidad Nacional del Nordeste, Chaco 2006; La Guerra al Malón, CC Borges 2007; Carlos Alonso Ilustrador, CC Recoleta 2008; Realidad y Utopía, 200 años de arte Argentino, Akademie Der Kunster, Berlín 2010 y Museo Nacional de San Carlos, México 2011. Ilustró más de 40 libros, entre ellos Don Quijote de la ManchaLa divina comediaMartín FierroEl Matadero y El juguete rabioso. Obtuvo numerosos premios: Primer Premio de Grabado del Salón Dante Alighieri (Mendoza, 1949); Primer Premio Adquisición, Salón de Tucumán; Premio Orozco-Rivera-Siqueiros, Bienal de La Habana (1984) y Premio a la Trayectoria Artística del FNA (PK) (2004). Si entra estaría bueno incluir: En 2010 se inauguró el Centro de Exposiciones Carlos Alonso en Tunuyán, Mendoza.

 


Comentarios:

Retrato de L. E. S., 1967-68
Papel, tela y acrílico sobre tela, 200 x 200 cm
Colección Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

Este Retrato de L. E. Spilimbergo tiene profunda relación con la vida de Alonso y con su aproximación al arte en su etapa de formación. Lo evocara años más tarde. A través de su obra y durante toda su trayectoria Carlos Alonso ha manifestado junto a su desarrollo estético su intención de orden ético de ser fiel a los principios propios y no a los prestados por una consideración del mundo que le es ajena: valores y costumbres de sociedades con otra problemática social, económica y por ende cultural. Nunca le interesó la última hora de las vanguardias internacionales, sino el desarrollo de su oficio de artista plástico contemporáneo, comprometido con su momento histórico. Alonso nació en Tunuyán, provincia de Mendoza y su infancia transcurrió allí: "donde mis abuelos, que son chacareros, se dedicaban a la siembra de la papa". En Cuyo y luego en Tucumán sus maestros fueron, entre otros, Ramón Gómez Cornet, Lorenzo Domínguez, Lajos Szalay y Lino E. Spilimbergo. En 1952 expone en Buenos Aires y obtiene de la Galería Viau una beca-contrato que le permite viajar por Europa, trabajar allí y conocer en los museos a los grandes maestros. Con la distancia que le permite ser del interior del país y haberse formado allí, se interesa con mayor énfasis a partir de los años 60, inclusive con el gran incentivo de la presentación de Juanito Laguna por A. Berni, por una propuesta artística que parta de un fuerte compromiso con la realidad y que esto, en consecuencia, modele su propuesta visual.
Uno de los principales temas de Carlos Alonso será la figura humana, pero no en una apariencia convencional, sino en las transformaciones que la realidad psicológica y espiritual otorga al ser que transita la vida. Su lenguaje es expresionista, pero se debe a una tradición de expresionismos en la cual no necesariamente pertenecen todos al siglo XX, sino también a tradiciones anteriores.
Hizo muchos retratos. En general cuando practica este género hay una actitud de homenaje hacia el retratado o este también se transforma en símbolo de situaciones. En el caso especifico de Retrato... Alonso recuerda: "A tres años de la muerte de Spilimbergo y ante la crisis generalizada por el cuestionamiento de la pintura y su finalidad, surgen en mi las imágenes del viejo maestro, y trato de reivindicar en ellas el oficio cuestionado" (...). Se trataba de una serie de retratos del Maestro Spilimbergo, tal como lo había visto Alonso en los últimos tiempos, con sus manos y sus pies vendados, solitario y odiando la pintura. "Esa era la imagen que yo quería traer (...) el dolor, el abandono, y sobre todo una sociedad que no es capaz de cuidar a sus artistas, de amarlos, de tratarlos con cariño, delicadamente, cuando a veces han pasado los días felices de la obra fecunda y entran en una etapa mucho más dura, más difícil de sobrellevar". Hoy Alonso trabaja en las sierras de Córdoba.

Mercedes Casanegra