Español

Fundación El Fogón de los Arrieros

Fundación El Fogón de los Arrieros
Premio Konex 1988: Fundaciones Culturales

Se inicia como fundación el 20/02/1968. Premio Konex 1988. Había sido creado como club, templo de amistad, museo e institución cultural en 1943 por Aldo Boglietti en la Provincia del Chaco. Desde sus inicios fue lugar de reunión de pintores, escultores, intelectuales y público. De él formaron parte artistas como Carlos Schenone, José Zali, René Brusau, Víctor Marchese, Julio Vanzo, Sergio Sergi, Aquiles Badi, Gustavo Cochet, César Fernández Navarro, Raúl Schurjin, Jacinto Castillo, Raúl Monségur y Lorenzo Domínguez, entre otros. Como fundación de bien público, tuvo la iniciativa de colocar en las plazas de la ciudad de Resistencia diferentes murales y esculturas. Ofrece visitas comentadas, talleres, cursos, proyección de películas y audiovisuales, además de piezas escultóricas de Benito Quinquela Martín, Stephan Erzia, Raquel Forner (PK) y pinturas de Fernando Arranz y Demetrio Urruchúa.

 

Biografía ampliada

El Fogón de los Arrieros fue creado en el año 1943 por Aldo Boglietti. Denominado club, templo de amistad, museo, institución cultural, es cada uno de ellos y todas a la vez. Es un modo de vida que refleja el ser chaqueño; la cultura y la identidad de un pueblo. Fue creciendo hasta tomar forma y espacio en el solar de Brown 188.

Entretanto, el Fogón se fue volviendo taller de pintores y escultores. Ahí vivió y tallaba Juan de Dios Mena sus tapes de curupí, entre 1944 y 1954. Allí trabajaron Carlos Schenone, ]osé Zali, René Brusau, Víctor Marchese. Y algunos que como julio Vanzo, Sergio Sergi, Aquiles Badi, Gustavo Cochet, César Fernández Navarro, Raúl Schurjin, Jacinto Castillo, Raúl Monségur, Lorenzo Domínguez, entre otros, se integraron fugazmente o en breves permanencias. En aquellos años, una vez finalizados los actos que realizaba el Ateneo del Chaco -exposiciones, conciertos, conferencias-, el Fogón era obligado punto de encuentro de artistas e intelectuales, y de su público. En un clima sin solemnidad se ahondaba la charla, las preguntas brotaban fáciles, se quebraban las barreras de la fama. Y Aldo Boglietti se movió entre todos facilitando el acercamiento.

Boglietti abordó entre 1952 y 1955 la aventura del "Nuevo Fogón". Encontró en la sensibilidad y la inteligencia del arquitecto Horacio Mascheroni a quien fue capaz de comprender y dar forma a su idea. Una casa que fuese inusual y de su tiempo, donde se reacomodasen tantos mundos pequeños como habían crecido al calor de las paredes modestas del "Fogón Viejo". Allí, por fin tuvieron cabida digna algunas de las audacias de los sueños de Aldo Boglletti: murales de Urruchúa, Vanzo, Marchese, Monségur; paredes, escaleras y puertas pintadas por Capristo, Jonquíéres, Grela, Gorrochategui, Vázquez, Líbero Badil, Bonome, Arranz, Fernández Navarro, Brascó. Dentro y fuera, y hasta en las terrazas también transformadas en jardines, conviven Noemí Gerstein, Lucio Fontana, Pettoruti, Erzia, Páez Vilaró, Soldi, Severini, Castagnino, Uriarte, Gambartes, Pucciarelli Bigatti, Barragán, y muchos más.

Aldo Boglietti hizo de El Fogón -que era su casa- la casa de todos los amigos, y en 1968 la transformó, junto con su cuantioso patrimonio, en una Fundación privada y de bien público. Más tarde, fue iniciativa de esta Institución colocar en plazas y veredas de la ciudad esculturas y murales de artistas de renombre.

Actualmente en su local se atesoran obras como esculturas y murales de importantes artistas. La exposición de esas obras se alterna con muestras plásticas individuales y colectivas de artistas del Chaco y de aquellos que visitan la Provincia. El Organismo presenta todas las colecciones que le son enviadas por otros museos y centros culturales del país. Una variedad de actividades es ofrecida a los visitantes: visitas comentadas, talleres, cursos, proyección de películas y audiovisuales. Las distintas experiencias, que se organizan dentro y fuera del Museo, se apoyan en la idea de que el arte es un factor vital en el desarrollo de una Nación y en la afirmación de su identidad. La fundación fue reconocida por su labor con un premio Konex en 1988.