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Luis Ovsejevich distinguido con el título Doctor Honoris Causa de la Universidad Maimónides

Luis Ovsejevich distinguido con el título Doctor Honoris Causa de la Universidad Maimónides

El creador y Presidente de la Fundación y los Premios Konex recibió la prestigiosa el miércoles 26 de noviembre en el Aula Magna de la institución.
26/11/2025

 

El Dr. Luis Ovsejevich, Presidente de la Fundación Konex fue distinguido este miércoles 26 de noviembre con el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Maimónides (UMAI) en virtud de sus “méritos académicos, científicos y profesionales”, según consta en la resolución del Consejo Superior Universitario de la casa de estudios.
Con motivo de este acto, participaron como oradores el Dr. Horacio Rosatti, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y el Dr. Jorge Lerman, quien fuera Jefe de Cardiología del Hospital de Clínicas. El Dr. Adrián Giacchino, Rector de la UMAI, fue el encargado de entregarle en el Aula Magna del recinto el Diploma correspondiente a quien es el creador y Presidente de la Fundación y los Premios Konex.
Estuvieron acompañando al Dr. Luis Ovsejevich su familia y amigos; autoridades de la universidad y de instituciones vinculadas al arte, la ciencia, la cultura y la comunidad; empresarios, diplomáticos, artistas y figuras premiadas por la Fundación Konex en diversas actividades.
Para la ocasión, el homenajeado realizó una disertación bajo el título “Maimónides. Vida. Ideas. Cultura” en la que, haciendo un recorrido por la biografía, el pensamiento y obras de Maimónides, buscó rescatar sus ideas sobre el estudio constante, la integración de saberes, el ejercicio del pensamiento crítico pero también sus valores de la caridad, la autosuficiencia y la puesta del conocimiento al servicio de los demás. Encontrando en las reflexiones de Maimónides puntos de contacto con lo que hoy entendemos por cultura, Ovsejevich instó a “trabajar por ella, promoverla, difundirla y apoyarla como tarea imprescindible para lograr una sociedad mejor”. Cerró sus palabras con un sentido agradecimiento a todas las personas que lo acompañaron en su recorrido.
A continuación del acto, que culminó con un cálido aplauso del público, se llevó adelante en la misma universidad un cóctel para todos los presentes.

 

Síntesis de trayectoria

Luis Ovsejevich nació en Buenos Aires en 1941 en una familia con una gran inquietud por la cultura. Su madre, profesora de piano y aficionada a la pintura, lo conectó con el arte y la música clásica. Desde joven se involucró en distintas iniciativas culturales. Se recibió de abogado a los 19 años. Para entonces, ya había obtenido el título de profesor de piano. Su deseo de devolverle a la sociedad aquello que ésta le había dado, abrieron su etapa docente, en la que ingresó a los 20 años y en la que se convirtió en profesor adjunto de las Facultades de Derecho y de Ciencias Económicas de la UBA, en ambas a los 24 años. En 1969 decidió crear una empresa destinada a la comercialización de equipos de oficina, conocida en la Argentina como Konex-Canon. En su faz empresaria también mostró ser una persona ávida por contribuir a la formación intelectual y a la promoción de la cultura. Tuvo una política de apoyo a diversas instituciones y actividades, una de las más importantes fue el patrocinio de torneos de ajedrez de carácter internacional. Esto fue el inicio de lo que más tarde se convertiría en su mayor creación, la Fundación Konex. Esta institución entrega desde 1980 los Premios Konex a personalidades inspiradoras de la cultura argentina para que el ejemplo de los mejores sirva a la juventud. Más tarde llegarían el Ciclo Vamos a la Música, los Festivales Konex de la Cultura, Ciudad Cultural Konex, Festival Konex de Música Clásica y muchos otros proyectos concretados con éxito. Su visión para agregar valor a los proyectos culturales lo condujeron fuera de los límites de su creación inicial para conquistar nuevos ámbitos. Fue así Director General ad honorem del Teatro Colón durante las temporadas 1998-1999, ambas de alto nivel artístico y con el involucramiento incluso de Embajadas extranjeras en el teatro. Participó también a lo largo de su vida en importantes instituciones educativas y sociales, como en el caso del Rotary Club de Buenos Aires, siendo presidente para el período 2017-2018. En 2019, a través de la Fundación Konex, lideró el proyecto de restauración del Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA. En 2022 fue el único latinoamericano convocado por el Conservatorio della Svizzera Italiana en Lugano, Suiza, para el Foro de Filantropía Estratégica para las Artes. Entre las más importantes distinciones que recibió están el Homenaje de los Premiados y Jurados Konex, Mecenas, Benefactor de la Cultura Nacional, Premio Scopus de la Universidad Hebrea de Jerusalem, Gratia Artis de la Academia Nacional de Bellas Artes y Declaración de “Interés Cultural” de los Premios Konex y la Ciudad Cultural Konex por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Hitos de su gestión cultural

- Creó en 1980 la Fundación Konex y los Premios Konex para distinguir a las personalidades e instituciones más importantes de la Argentina, para que sirvan de ejemplo a nuestra juventud. Las 10 actividades consideradas son: Deportes - Espectáculos - Artes Visuales - Ciencia y Tecnología - Letras - Música Popular - Humanidades - Comunicación/Periodismo - Instituciones/Comunidad/Empresa y Música Clásica.
- Creó en 1991 el ciclo Vamos a la Música para introducir a los niños en el campo de la ópera, el ballet y el concierto a partir de los grandes compositores de la música universal.
- En los años 1998 y 1999 fue Director General ad honorem del Teatro Colón, realizando temporadas de alto nivel artístico con figuras internacionales. Entre otros logors, concretó la creación de un nuevo abono para el público e involcuró a las Embajadas extranjeras en el teatro.
- Entre 2002 y 2005 funcionó el Centro Cultural Konex, un espacio que brindó a la comunidad de la Ciudad de Buenos Aires diversas actividades educativas, artísticas y culturales de gran nivel.
- En 2003, 2004 y 2005 realizó los Festivales Konex de la Cultura con un gran despliegue de artistas, obras y actividades para todo público.
- En 2006 creó la actual Ciudad Cultural Konex, dirigida hoy por su hijo Andy, que hoy despliega una amplia programación orientada a los jóvenes, abriéndose también al público infantil con el “Konex para Chicos”.
- En 2015 creó el Festival Konex de Música Clásica, en el que intérpretes nacionales e internacionales, orquestas, agrupaciones y coros se reúnen para celebrar a los grandes compositores.
- En 2016, en conjunto con la Ciudad Cultural Konex, promovió el Festival Experiencia Piazzolla, cuyo objetivo es la difusión de la obra del eximio compositor argentino.
- En 2019 lideró el proyecto de Restauración del Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, uno de las salas más emblemáticas e imponentes de la Ciudad de Buenos Aires. En menos de 90 días el proyecto se concretó con mejoras sustanciales para el espacio.
- En 2022 fue el único referente de Latinoamérica convocado por el Conservatorio della Svizzera Italiana en Lugano, Suiza, para el Foro de Filantropía Estratégica para las Artes para transmitir experiencia ante representantes de distintas instituciones de prestigio internacional.
- En 2023 fue distinguido como Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Prensa

> Luis Ovsejevich, presidente de Fundación Konex, fue distinguido como doctor honoris causa
(Infobae - 26/11/2025)
> La Universidad Maimónides distinguió a Luis Ovsejevich con el título de Doctor Honoris Causa
(Revista Quorum - 26/11/2025)
> La Universidad Maimónides distinguirá a Luis Ovsejevich como Doctor Honoris Causa
(La Nación - 25/11/2025)
> Luis Ovsejevich, creador de la Fundación Konex, será distinguido con el título de doctor honoris causa
(Infobae - 25/11/2025)
> La Universidad Maimónides otorgará el Doctor Honoris Causa a Luis Ovsejevich en noviembre
(Revista Mercado - 24/11/2025)
> Honoris Causa para Luis Ovsejevich, el creador de la Fundación Konex
(Rio Negro - 22/11/2025)

 


Palabras pronunciadas por Luis Ovsejevich durante la ceremonia de entrega del título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Maimónides – 26 de noviembre de 2025

MAIMÓNIDES. VIDA. IDEAS. CULTURA.

Señor Presidente de la Universidad Maimónides, autoridades, miembros del claustro, amigas y amigos:
Comienzo estas palabras expresando mi sincero y profundo agradecimiento a la Universidad Maimónides por el honor que hoy me concede. Mi gratitud se extiende especialmente a los Doctores Horacio Rosatti y Jorge Lerman, quienes con generosidad y afecto han realizado las presentaciones que acaban de escuchar.
Quienes me conocen saben que no soy una persona particularmente afecta a los discursos. Sin embargo, esta ocasión excepcional me impulsa a compartir con ustedes una reflexión que considero importante: la cultura en una sociedad cumple un rol indispensable y, en este sentido, es imprescindible trabajar por su desarrollo.
En tiempos marcados por la fugacidad, la superficialidad y la falta de compromiso, me parece necesario volver a pensar qué lugar ocupa la cultura, que entendida en un sentido abarcativo, continúa siendo un pilar irrenunciable de la vida humana.
Y puesto que esta distinción proviene de una universidad que lleva el nombre de Maimónides, me pareció oportuno tomar su figura como guía. No solo por su grandeza intelectual, sino porque su pensamiento y su ejemplo personal iluminan, aún hoy, cuestiones esenciales para comprender la relación entre conocimiento, ética, educación y cultura. Maimónides fue, en su tiempo, un gigante equiparable a Averroes en el mundo musulmán y a Tomás de Aquino en la tradición cristiana; una de esas inteligencias cuya obra excede los límites de una confesión religiosa y se convierte en patrimonio de la humanidad.
Organizaré mis palabras en tres partes. En la primera, me referiré a la biografía y los lugares donde vivió Maimónides, es decir, su itinerario vital y su contexto histórico.
En la segunda. a sus principales ideas y obras, aquello que constituye su legado intelectual.
Y en la tercera. a una interpretación contemporánea de su pensamiento, vinculada con mi convicción profunda sobre el trabajo por la cultura.

1)      BIOGRAFÍA, ITINERARIO Y CONTEXTO HISTÓRICO DE MAIMÓNIDES
A quien hoy conocemos como Maimónides o, en hebreo, Rambam, nació como Moshe ben Maimon en el año 1135 en la ciudad de Córdoba, entonces parte del Califato almorávide de al-Ándalus. Le tocó vivir en una región donde, durante siglos, las culturas judía, cristiana y musulmana habían convivido y dado lugar a un extraordinario florecimiento intelectual. Era el final de la llamada “Edad de oro” de la cultura judía en España.
Su vida, sin embargo, estuvo atravesada por desplazamientos, tensiones políticas y persecuciones religiosas. En 1148, cuando Maimónides era aún muy joven, la península ibérica fue invadida por los almohades, una dinastía de fuerte impronta fundamentalista que, a diferencia de la tolerancia de los almorávides, imponía la conversión al islam o el exilio. Esta situación obligó a la familia de Maimónides a abandonar Córdoba y trasladarse primero a Fez, en Marruecos.
Luego de un tiempo en Marruecos, también allí las presiones religiosas se tornaron insoportables y la familia debió abandonar Fez. En 1165 viajaron a Tierra Santa, durante la época de la Primera Cruzada. Pasaron por Acre, Jerusalén y Hebrón, pero las restricciones impuestas por las autoridades cruzadas impedían a los judíos residir de manera estable en Jerusalén o Hebrón. Fue entonces cuando Maimónides se trasladó definitivamente a Egipto, instalándose primero en Alejandría y luego en Fostat, hoy parte del sur de El Cairo.
He tenido el privilegio de haber recorrido todos los lugares en los que él vivió: Córdoba, Fez, Jerusalén, Hebrón, Alejandría, El Cairo. Esto me ha permitido visualizar lo que significaba, en el siglo XII, trasladarse de un reino a otro, soportar persecuciones y reconstruir la propia vida en tierras desconocidas.
En Egipto vivió durante cuatro décadas decisivas. En Fostat desarrolló su obra literaria más importante, ejerció como médico de la corte de Saladino —quien en 1171 reemplazó a la dinastía fatimí y estableció el sultanato ayyubí— y se convirtió en un referente espiritual y jurídico de la comunidad judía. Tanto los fatimíes como los ayyubíes mostraron, en general, una actitud favorable hacia las minorías religiosas y permitieron un clima de apertura que facilitó la producción intelectual.
En esos años Saladino emprendió la reconquista de Tierra Santa y, tras recuperar Jerusalén, permitió a los judíos volver a la ciudad. Por esa razón, cuando Maimónides falleció en 1204, sus restos fueron trasladados a Tiberíades, lugar de profundo simbolismo para el pueblo judío.
Su biografía es la de un hombre que vivió en tránsito, pero que nunca renunció al estudio, al trabajo intelectual y a la búsqueda de un sentido superior para la vida humana. Ese fue, quizás, su mayor ejemplo.

2)      IDEAS Y OBRAS DE MAIMÓNIDES. SU LEGADO INTELECTUAL
Maimónides es considerado una de las inteligencias más brillantes del medioevo. De él se ha dicho: “De Moisés a Moisés no hubo otro como Maimónides”. Y no es exagerado: desde su muerte hasta la aparición de Spinoza en el siglo XVII, ningún otro pensador judío alcanzó su influencia.
La idea central que atraviesa toda su obra podría resumirse así:

Fe y razón son dos lenguajes distintos que expresan una misma verdad.
Esta convicción marcó profundamente su pensamiento. Se opuso a la superstición, a la magia y a la astrología, y defendió con fuerza la racionalidad, el estudio crítico y la interpretación no literal de las Escrituras cuando estas entraban en conflicto con el conocimiento científico. Fue, sin duda, uno de los primeros grandes defensores de una armonía entre la tradición religiosa y la racionalidad filosófica.
Cubrió todas las áreas del saber de su época: medicina, astronomía, ética, lógica, derecho, filosofía, metafísica. Su figura anticipó, por su amplitud intelectual, el espíritu renacentista que Europa conocería dos siglos más tarde.

Su aporte a la medicina
Resulta especialmente pertinente recordarlo aquí, en esta Universidad, cuyo nombre honra a quien fue no solo un filósofo sino también un extraordinario médico. Maimónides escribió sobre higiene, medicina preventiva, salud mental y emocional, alimentación, ejercicio físico, ecología, saneamiento ambiental, toxicología, sueño y descanso, salud comunitaria y sexualidad. Su visión integradora de la salud humana sorprende por su modernidad: es difícil no advertir cuán actuales resultan estas preocupaciones.
Para abordar aspectos de la teología y la filosofía Maimónides escribió muchas obras, pero me referiré a las que se pueden considerar las dos más importantes: se trata de la Mishne Torá y de la Guía de los Perplejos.

La Mishné Torá
En materia jurídica y teológica, su obra monumental es la Mishné Torá, cuya traducción significa la Repetición de la Torá o de La Ley. Fue escrita entre 1171 y 1180. Se trata de un código de 14 tratados que sistematiza toda la ley judía de manera clara y accesible. Es decir, tanto la Torá -los textos bíblicos escritos-como el Talmud, las interpretaciones orales que se hicieron a través de la Mishna y la Guemará.
Su propósito no fue solo jurídico, sino también educativo: hacer que la ley fuera comprensible y orientadora para todo el pueblo. La hizo en hebreo para que fuese leído por muchísima gente dado que había una diáspora de judíos repartidos por diversos lugares del mundo.
Allí abordó cuestiones prácticas y éticas. Entre ellas, su célebre clasificación de los ocho niveles de la caridad (tzedaká), cuyo nivel más alto consiste en ayudar a una persona a ser autosuficiente: darle un trabajo, un préstamo, asociarse con ella, brindarle recursos para que pueda sostenerse por sí misma. En esa concepción hay una profunda defensa de la dignidad humana.
También se ocupó de la solidaridad, la humildad, la no confrontación, del amor al extranjero y del apoyo al desposeído.

La Guía de los Perplejos
Su obra más influyente es, sin dudas, la Guía de los Perplejos, conocida en hebreo como More Nevujim. Fue escrita en árabe en una primera versión en 1190/91 y una final en 1200. Dedicada a lectores cultos que se debatían entre la fidelidad a la tradición religiosa y los desafíos de la filosofía aristotélica, intenta disipar la sensación de contradicción entre fe y ciencia. Fue traducida al hebreo y al latín, hecho que permitió que ingresase a los círculos cultos europeos de la mano de las citas de los escolásticos cristianos. Es sin duda uno de los escritos centrales de la filosofía medieval.
Estuvo dedicada a personas de mayor nivel intelectual que estaban en la duda, que se sentían indecisos, justamente perplejos ante la aparente falta de reconciliación, de irreductibilidad entre la tradición religiosa y el pensamiento científico. Que, versados en la Torá, se sentían confusos ante la filosofía aristotélica.
Por ello reitero, que Maimónides buscó armonizar la fe con la razón, ya que consideró que ambos son dos caminos distintos para llegar a una misma verdad.
Su célebre frase “Acepta la verdad, venga de donde venga” sintetiza su espíritu abierto y universalista.
En este texto distingue diversas perfecciones humanas, pero pone en el centro la Perfección Intelectual, entendida como el conocimiento verdadero de Dios, del mundo y de uno mismo. Ese conocimiento no solo otorga plenitud personal, sino que implica un deber moral: quien accede al saber debe ponerlo al servicio del prójimo. Estudiar, para Maimónides, es una responsabilidad ética.
De esta formidable obra, me quedo con esta idea de búsqueda del conocimiento a través de la fe y la razón para alcanzar la plenitud del ser humano. Y que esta búsqueda no implica un fin en sí mismo, sino que debe empujar a procurar el bienestar común.

3)      EL TRABAJO EN POS DE LA CULTURA: UNA INTERPRETACIÓN ACTUAL DEL MENSAJE DE MAIMÓNIDES
Maimónides no utilizó el concepto de "cultura" tal como lo entendemos hoy. Sin embargo, habló de todo lo que la cultura implica: disciplina, transmisión del conocimiento, formación del espíritu, integración de saberes, educación entendida como bien colectivo.
Encuentro en su figura una actitud inquieta, activa, permanente: estudiar, enseñar, organizar, sistematizar, servir a la comunidad. Esa vocación me resulta profundamente cercana. Creo que, en mi caso, tiene raíces familiares: mi madre, dedicada a la pintura y al piano; mi padre, siempre con un libro en la mano después de su jornada de trabajo; también comprometido con la comunidad. La cultura y la educación fueron para mí un modo de vivir desde la infancia y marcaron todas mis etapas posteriores.
Pero más que hablar de mi trayectoria personal, quiero resaltar por qué la vida y el pensamiento de Maimónides pueden ofrecernos un mensaje relevante para nuestro tiempo.
Vivimos en una época marcada por tres fenómenos que erosionan, silenciosamente, la vida cultural: fugacidad, superficialidad y falta de compromiso.

A la fugacidad, Maimónides le opone la perseverancia y dedicación.
Su vida es una demostración de tenacidad. Pese a los exilios, las persecuciones y las dificultades, nunca abandonó su vocación por el estudio constante. Lo mismo ocurre hoy en el ámbito cultural: los artistas, músicos, científicos e intelectuales, trabajan años o décadas para perfeccionar su arte. La cultura requiere tiempo, paciencia y constancia. Nada valioso se construye sin perseverancia y dedicación.

A la superficialidad, nuestro pensador le opone la profundidad y rigor.
Maimónides nunca se quedó en la superficie. Estudió, integró, comparó, profundizó. Su ejemplo nos recuerda que las grandes obras culturales nacen del esfuerzo por comprender lo complejo. Y que el rigor, el pensamiento crítico pero también la educación de nuestra sensibilidad, son valores que debemos seguir defendiendo frente a un mundo que favorece lo superficial. Nada se construye sin profundidad y rigor.

A la falta de compromiso, Maimónides le opone la ética del conocimiento.
Señala que conocer implica un deber ético. Quien ha tenido oportunidades educativas tiene la responsabilidad de ponerlas al servicio de la comunidad. Este principio es válido para dirigentes, jueces, legisladores, empresarios, científicos, líderes sociales y religiosos. El conocimiento es una herramienta; su sentido último depende del compromiso con los demás. De nada sirve el conocimiento si no se lo pone al servicio de la sociedad.

Como reflexión final que nos da un cierre perfecto al pensamiento de Maimónides podemos decir que, junto con una religión orientada al bien y una ciencia de propósitos éticos, la cultura es, probablemente, una de las dimensiones de la vida que mejor nos permite entendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea. Nos ayuda a entender las complejidades, aceptar las diferencias y a atravesar las dificultades. Nos hace seguramente personas más sabias, civilizadas y ricas espiritualmente, más dignas, autosuficientes y compasivas.

Por ello, comprendamos que la cultura juega un rol decisivo en nuestra sociedad. El trabajar por ella, promoverla, difundirla y apoyarla es una tarea indispensable.  

AGRADECIMIENTOS
Para finalizar, quiero expresar mi agradecimiento a quienes han hecho posible que hoy esté aquí, recibiendo este homenaje que comparto con mis seres queridos, hijos y nietos presentes, y con todos ustedes que me acompañan.
En primer lugar, a mis padres, que desde mi infancia me inculcaron principios éticos y el valor de la verdad.
A mis hijos y nietos, que son lo más precioso que tengo en mi vida.
A lo largo de los años, muchas personas me acompañaron en distintas etapas.
En mi rol de docente, tuve un mentor: el Dr. Federico Videla Escalada. Compartí catorce años la cátedra con él y dejó en mí una marca imborrable.
A todos los alumnos que tuve en las Facultades de Derecho y de Ciencias Económicas de la UBA; traté de brindarles lo mejor de mí y, a la vez, aprendí de ellos. Cada clase fue un intercambio enriquecedor.
En mi faz empresaria, a todos quienes me acompañaron y me permitieron crecer.
A quienes me asistieron en mi paso por la Dirección General del Teatro Colón, especialmente al maestro Mario Perusso.
En el aspecto institucional, a quienes compartieron inquietudes conmigo. Y, fundamentalmente, en la Fundación Konex, a todos los que estuvieron a mi lado durante estos 46 años: miembros de los Grandes Jurados y, por supuesto, los premiados. Sin ellos, los Premios Konex no tendrían razón de ser.
A quienes me vienen acompañando en el Ciclo Vamos a la Música desde hace ya 35 años, y en los Festivales Konex de Música Clásica durante la última década.
Mi especial recuerdo a quienes fueron mis secretarias: Lucy Solessi, Mercedes Barozzi y Patricia Trovato. Y mi agradecimiento muy particular a Liliana Graffigna, que me acompaña desde hace más de 50 años, y a Eugenio Giusto, que ya lleva más de 20 años a mi lado.
A los amigos que me ha dado la vida, en especial a Ignacio Sztutwojner y Ernesto Orlando.
También a quienes desde hace tres décadas son mis compañeros en el Rotary Club de Buenos Aires.
La vida me ha dado la dicha de viajar por 128 países. Haber conocido tantas culturas y formas de vida ha ampliado mi mente y mi sensibilidad; también por eso estoy agradecido.
Y, finalmente, reitero mi gratitud a la Universidad Maimónides por esta distinción que me honra profundamente. Este vínculo con el sabio y filósofo Maimónides es un privilegio que ilumina una vida, como la mía, dedicada en gran parte al emprendimiento cultural: al conocimiento, al arte y al saber. Estoy convencido de que ese será el mejor legado que dejaré a mi familia y a la sociedad.

 

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