Nació el 22/04/1902. Se recibió de Profesora de Dibujo en la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. En 1929 viajó a Europa donde estudió con Othon Friesz. En 1832, de regreso a Buenos Aires, fundó con A. Guttero, P. Domínguez Neira y A. Bigatti, los Cursos Libres de Artes Plásticas.
En las décadas del ‘30 y ‘40 desarrolló en sus pinturas una temática apocalíptica, dando cuenta de los horrores de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. En este período hizo las series: Serie de España (1937-39), El drama (1939-47), Las rocas (1947-48), Las banderías, Los estandartes, La Farsa (1948-52), El lago (1953-54), El Apocalipsis (1954-56) y Piscis (1956-57). Todas de carácter dramático y expresionistas, inspiradas por las tragedias que asolaron a la humanidad en aquellos años. Su obra El drama (1942) formó parte de la II Muestra Konex 100 Obras Maestras - 100 Pintores Argentinos (exposición antológica de la pintura argentina) en el MNBA (1994).
En los ‘50, produjo un importante cambio en la temática de sus obras, inaugurando las Series del Espacio que incluyen Las lunas, Los astronautas, Los laberintos, Las mutaciones y el Encuentro con Astroseres en Ischigualasto. En estos trabajos, lo cósmico y lo terrenal logran conjugarse como fuente de inspiración, remitiéndose a la naturaleza mutante del hombre.
Obtuvo numerosas distinciones, entre ellas: Medalla de Oro en la Exposición Internacional de París (1937), Primer Premio Nacional de Pintura en XXXII Salón Nacional de Bellas Artes (1939), Premio Palanza ANBA (1947), Gran Premio de Honor en el XLV Salón Nacional de Bellas Artes (1956), Gran Premio de Honor en la Bienal Americana de Arte del IKA (1968), Premio Cámara Argentina de Anunciantes (1983) y FNA (PK) (1987). Su obra El regreso del Lunauta fue adquirido por el Museo de Arte de la NASA y pintó Origen de una Nueva Dimensión para el nuevo edificio de la OEA en Washington. Fue miembro de la Royal Society of Art de Inglaterra. Participó en bienales de Europa y América y sus obras recorrieron museos de todo el mundo. En 1982 creó la Fundación Forner-Bigatti.
Falleció el 10/06/1988.
El drama, que obtuvo el Primer Premio en el Salón Nacional de 1942 de la ciudad de Buenos Aires, continuó la epopeya pictórica de Raquel Forner, iniciada en 1936 por la serie España —que comprendió, entre otros títulos, Mujeres del mundo, Ofrenda, Para qué, Destinos, Claro de luna, La victoria— y que siguió con la serie El drama, que incluyó, además de este cuadro, telas como Ni ver ni oír ni hablar, La caída, El drama, Tinieblas, Retablo del dolor, Icaro, Amanecer, La lucha, Liberación y El juicio, en 1946. La guerra de España y la Segunda Guerra Mundial fueron el leit motiv forneriano de estos 10 años que van de 1936 a 1946.
Raquel Forner no pudo hacer otra cosa que adoptar una actitud artística solidaria junto a la doliente humanidad.
En estos años su obra maduró y cambió la paleta abandonando los colores puros de la primera época —que volvieron a aparecer en las series del espacio— por colores sordos, capaces de reflejar los sentimientos de la pintora que declaró: "No puedo hallar paz ni siquiera en el campo... Veo agonía en las retorcidas ramas de los árboles. Veo sangre en cada flor delicada... Todo lo que uno oye y respira es ambiente de guerra. Por eso he necesitado documentar en mi obra el estado de mi conciencia".
En estas series todo el acento recayó en la figura de la mujer como depositaria del dolor que se abatió sobre la humanidad.
En El drama Raquel Forner distribuyó con una riqueza plástica incomparable los elementos que contribuyen a crear el clima necesario para la exacta comprensión del tema: una madre tocada con un manto descubre ante su hija, que sostiene en una mano la paloma herida, a la Muerte entronizada sobre una plataforma y custodiada por el militarismo, el hambre, la peste y la quinta columna bicéfala del espionaje. En un primer plano, un globo que es el mundo caído y detrás de él la destrucción de la cultura. En el último plano el descenso de los fatídicos paracaidistas.
La pintura de Raquel Forner reflejó de manera contundente para su generación y las generaciones futuras el drama del artista que no pudo quedar al margen de los sucesos contemporáneos.
La infatigable Raquel Forner pintó luego las series de Las rocas, La farsa, Los estandartes, El apocalipsis, Piscis, Las lunas, Los terráqueos, Mutaciones espaciales, Los grandes mutantes, la serie del Espacio, Los astronautas y El viaje sin retorno que le dedicara a la partida de su marido, el escultor Alfredo Bigatti.
Ana María Telesca