Nació el 06/10/1941. Premio Konex Mención Especial 2022. Premio Konex de Platino 2002. Premio Konex 2012 y 1992. Estudió en la ENBA, Buenos Aires y en la Universidad Iberoamericana en México. Maestra Nacional de Bellas Artes (1963). Se trasladó a Nueva York, donde obtuvo 2 becas de la Fundación Guggenheim y de la New York Foundation for the Arts. Cofundadora con Luis Camnitzer (PK) y José Guillermo Castillo del New York Graphic Workshop. Profesora del Estudio de Grabado en Lucca (Italia) y de Arte en la Universidad de Nueva York (Queens College). Entre sus exposiciones individuales: Seleccion de Obras: 1968 - 1990, Museo Nacional de Artes Plásticas, Montevideo y Fundación San Telmo; Fragments of the journey, Bronx Museum of the Arts, Nueva York; Liliana Porter: fotografía y ficción, CC Recoleta; Línea de tiempo, Museo Rufino Tamayo, México. Entre las colectivas se destacan: Drama queens: Women behind the camera, Guggenheim Museum, Nueva York; Animations, PS1 MOMA, Nueva York y 3º Bienal Iberoamericana de Lima, entre otras. Reconocimientos: Primer Premio Arte Argentino 78, MNBA; Grand Prix, Bienal Internacional de Grabado, Cracovia (Polonia) y Psc-Cuny Research Award, Nueva York.
En este Tríptico, Liliana Porter usa algunas de sus habituales estrategias para mostrar la ambigüedad de la realidad. Su arte está hecho de intersticios que interconectan el lenguaje de la pintura y el mundo real, en un juego de espejos de efecto multiplicador. Lo transitorio y enigmático se percibe en el arte de Porter a través de una iconografía muy personal, basada en referencias autobiográficas e identificaciones con algunos autores y problemáticas de la literatura y el arte occidental. Ella procede con alusiones apenas insinuadas, con juegos que provocan a la imaginación.
En el Tríptico, aparecen sobre un vasto e indefinido fondo blanco, una serie de objetos que se repiten en su obra en diferentes contextos y constituyen un verdadero léxico visual del cual la artista parece, a través del tiempo, ir mostrando las combinaciones posibles "ad infinitum": juguetes de su infancia (a veces caballitos, bailarinas o barquitos), sólidos geométricos que encuentra en el estudio; la jarra, que puede tener la simbólica referencia al seno materno; pinceles relacionados con la creación; no faltan citaciones de otros artistas como Lichtenstein o Keith Haring (también Picasso, Morandi o Magritte), fragmentos de reproducciones de sus propias obras y textos entre los cuales son frecuentes los de Borges.
Desde niña sintió que la unía a él la idea de "la fragilidad de los límites que separan lo real de lo aparente e ilusorio"97. Por eso lo utiliza, haciendo aparecer la reproducción de sus textos como motivo visual y, como sucede en este tríptico, articulando significados con un juego muy rico en alusiones y connotaciones que se imbrican, se potencian y dejan al espectador frente a la búsqueda de "esa revelación inminente e inalcanzable que según Borges—constituye el hecho estético".
Su vinculación de lo virtual con lo real empezó en 1968 con la serie Arrugas; prosiguió en 1972-73 con sus instalaciones de los hilos reales y clavos esgrafiados en las paredes. En 1975 descubrió en Magritte la posibilidad de elaborar por nuevos caminos esa problemática. Tenía a su favor todas las posibilidades técnicas que Estados Unidos había puesto a su alcance cuando llegó en 1964. La práctica en el New York Graphic Workshop (que había establecido con el uruguayo Luis Camnitzer y el venezolano José Castillo) potenció su liber¬tad en el uso de los materiales y en los procesos de creación.
El objeto —en la dialéctica entre realidad e ilusión que Porter instala— se vuelve fantasmal, ausente, sustituto o recuperado e introducido en un laberinto sutil de reproducciones, fotografías, libros, reconstrucciones, fragmentaciones, "en abismo".
Liliana Porter reside en Estados Unidos y está ubicada en el máximo nivel internacional.
Nelly Perazzo