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Kutral, 1989

Acrílico sobre tela, 182 x 160 cm

Biografía:

Alejandro Puente (1933-2013)
Premio Konex de Platino 2012: Pintura: Quinquenio 2002 - 2006
Premio Konex 2022: Inolvidable
Premio Konex 2002: Pintura: Quinquenio 1992 - 1996
Premio Konex 1992: Pintura: Quinquenio 1987 - 1991

Nació el 01/05/1933. Estudió Teoría de la Visión en la Facultad de Arte de La Plata. En 1967 obtuvo el Premio Guggenheim, instalándose en Nueva York hasta 1971. Allí participó de la muestra Information Show en el MOMA (1970) y Four Latinoamerican Center (1971). Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas como: Nueva geometría: la geometría sensible, Buenos Aires (1964); Bienal de San Pablo (1985); La escuela del sur: el taller de Torres-García y su legado, Museo Reina Sofía en Madrid, Monterrey, Washington y Nueva York (1991-92); Abstraction: the American paradigm, Beaux Arts de Bruselas e IVAM Valencia (2001-02); Here is every, MOMA (2008-09). Miembro de la Academia de Bellas Artes. Obtuvo premios y distinciones, entre otros: Meridiano de Plata, Telecom, Arlequín, Fundación Pettoruti, Mejor Exposición de 1998 y Gran Premio Nacional de Pintura. Su obra Kutral (1989) formó parte de la II Muestra Konex 100 Obras Maestras - 100 Pintores Argentinos (exposición antológica de la pintura argentina) en el MNBA (1994). Falleció el 16/07/2013.

 


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Kutral, 1989
Acrílico sobre tela, 182 x 160 cm
Propiedad del artista, Buenos Aires

El nombre de la obra de Alejandro Puente, es de origen indígena como enfatizando el punto de confluencia que encontró entre su investigación en el arte geométrico y conceptual y su necesidad de incluir entidades de connotación del lugar. En esta obra utiliza un solo campo como fondo sobre el cual ciertos elementos configuran un orden simétrico. Ese orden, se activa por las diferencias de los perfiles laterales y por la figura central de características simbólicas prehispánicas. En ella aparece el escalonamiento, que es una de las constantes formales de esas antiguas culturas. También rompe la marcada simetría, la utilización de colores disonantes en los rectángulos de abajo. El color en la obra de Puente tiene un rol fundamental así como la exaltación del estímulo sensorial dado por el trabajo de la pincelada que determina una textura visual por su rayado con muy poca carga matérica. La relación que Puente establece entre los elementos de la abstracción geométrica y el orden también geométrico de signos con carga simbólica indígena no se resuelve jamás por una asociación exterior, ni es tampoco una mímesis, sino que proviene de una fuerte necesidad interna.
Integrante en un principio del grupo Sí, de La Plata, Alejandro Puente, comenzó en 1964 su trabajo con una geometría que Aldo Pellegrini llamó "sensible"104 porque los contornos aparecían borrados y la impecable superficie del geometrismo tradicional era dejada de lado.
En la etapa de geometría cromática (1965-66), ese proceso se revierte y al acentuar lo cromático en planos muy saturados, exacerba la objetividad. Una etapa de alta originalidad fue la de sus Estructuras Visuales Modulares, planos de color con una zona regular de borde distinto, colocados en el piso o apoyados de plano o de canto en la pared. Invaden el espacio real y suscitan la acción del espectador. Esos sistemas modulares funcionan en otros casos como sistemas de organización del color, problemática que Puente siguió profundizando durante su permanencia en Estados Unidos (1968-71). Allí por su investigación en la gramática y los sistemas sintácticos del color fue invitado a participar en la muestra "Information" (New York, 1970), a la cual fueron convocados los mejores artistas internacionales de arte conceptual.
Cuando regresa a Buenos Aires hace pinturas utilizando una retícula modular y el color aplicado sobre la tela sin imprimación de acuerdo a un estricto programa de base matemática. Además hace trabajos con plumas, kipus (sistemas cromáticos indígenas de información) y utiliza superficies de corcho, aglomerados de madera, enduídos plásticos. Fue muy determinante para él, trabajar sobre los aspectos sensoriales y expresivos de la materia.
Por este camino llegó, a partir de sus muestras de 1976-77 a encontrar sus coincidencias con el arte americano primitivo, sobre todo con las culturas andinas, más ligadas a la economía de medios y lejos del barroquismo de la estética de las antiguas culturas mexicanas.
En la obra de Puente hay una fuerte carga energética que proviene de su exaltación del color y de su claridad conceptual.

Nelly Perazzo

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